Logramos entender de modo histórico el desarrollo del mueble de una manera contextual. Siempre va ligado a un ambiente físico y a unas tecnologías circunstanciales. Estos objetos tienen sentido porque forma parte de un conjunto. Que, además, permiten al usuario – sujeto –genera una relación con su “espacio existencial”. Lugar donde los modos de existencia del individuo mantienen una relación perceptiva con el entorno y los objetos que lo componen.
En la actualidad, convivimos con la aceptación sistemática de los medios expandidos como parte de la experiencia humana. Esta relación traspasa los límites del espacio contextual y rompe la relación “sujeto-objeto”. Por tanto, los planteamientos formales del mueble – objeto – actuales más que generar un diálogo entre entorno y usuario, buscan satisfacer las necesidades de un consumidor estético. En este nuevo contexto, el objeto se muestra amable – idóneo – no opone resistencia – tensión – en su entorno, sino que busca una aceptación global que desencadena en un grado absolutamente nulo de la experiencia.
A través de este texto se persigue realizar una aproximación práctica del mueble – objeto – donde confronte la contextualidad con la hipercontextualidad contemporánea. Se presenta el siguiente supuesto: En la sociedad de la comunicación de masas el mueble ha dejado de resultar una expresión contextual para convertirse en una expresión hiperindividual, transformándose en una presentación del usuario y la búsqueda de su aceptación en un contexto global.
Logramos entender de modo histórico el desarrollo del mueble de una manera contextual. Siempre va ligado a un ambiente físico y a unas tecnologías circunstanciales. Estos objetos tienen sentido porque forma parte de un conjunto. Que, además, permiten al usuario – sujeto –genera una relación con su “espacio existencial”. Lugar donde los modos de existencia del individuo mantienen una relación perceptiva con el entorno y los objetos que lo componen. En la actualidad, convivimos con la aceptación sistemática de los medios expandidos como parte de la experiencia humana. Esta relación traspasa los límites del espacio contextual y rompe la relación “sujeto-objeto”. Por tanto, los planteamientos formales del mueble – objeto – actuales más que generar un diálogo entre entorno y usuario, buscan satisfacer las necesidades de un consumidor estético. En este nuevo contexto, el objeto se muestra amable – idóneo – no opone resistencia – tensión – en su entorno, sino que busca una aceptación global que desencadena en un grado absolutamente nulo de la experiencia. A través de este texto se persigue realizar una aproximación práctica del mueble – objeto – donde confronte la contextualidad con la hipercontextualidad contemporánea. Se presenta el siguiente supuesto: En la sociedad de la comunicación de masas el mueble ha dejado de resultar una expresión contextual para convertirse en una expresión hiperindividual, transformándose en una presentación del usuario y la búsqueda de su aceptación en un contexto global. Read More