Los Estados han trasladado buena parte de sus funciones de gobernanza y administración de bienes, recursos, derechos y deberes a los territorios digitales. Este desplazamiento ha significado el nacimiento de un nuevo tipo de ciudadanías y, como no puede ser de otra manera, de una nueva relación entre estos dos entes sociales. En este artículo queremos aproximarnos al objeto de diseño que se encuentra en el centro de esta dinámica relacional, al menos a un nivel de intercambio tecno-simbólico, y que permite la propia existencia de la gobernanza digital. Entender a las interfaces gráficas de usuario estatales como un objeto proyectual y, a su vez, como un fenómeno hacedor de sentido social, puede ampliar las propias concepciones de la práctica del diseño digital al otorgarle funciones y responsabilidades que exceden al objeto en su materialidad sensible
Los Estados han trasladado buena parte de sus funciones de gobernanza y administración de bienes, recursos, derechos y deberes a los territorios digitales. Este desplazamiento ha significado el nacimiento de un nuevo tipo de ciudadanías y, como no puede ser de otra manera, de una nueva relación entre estos dos entes sociales. En este artículo queremos aproximarnos al objeto de diseño que se encuentra en el centro de esta dinámica relacional, al menos a un nivel de intercambio tecno-simbólico, y que permite la propia existencia de la gobernanza digital. Entender a las interfaces gráficas de usuario estatales como un objeto proyectual y, a su vez, como un fenómeno hacedor de sentido social, puede ampliar las propias concepciones de la práctica del diseño digital al otorgarle funciones y responsabilidades que exceden al objeto en su materialidad sensible Read More