Tras sobrevivir a uno de los peores accidentes de la F2 y casi perder las piernas, Juan Manuel Correa regresa como embajador del GP México.
Por Pedro Montaño
Un total de 14,6 segundos, fue la duración total del accidente donde un piloto sufrió heridas fatales y otro resultó gravemente herido al punto de casi perder la vida.
Los autos corrían la segunda vuelta de la carrera del Campeonato de Fórmula 2 de la FIA en Spa-Francorchamps, Bélgica el 31 de agosto de 2019. Era un día soleado en el circuito que presentaba condiciones normales, pero en segundos, la carrera pasaría a ser un suceso negro.
En la vuelta 2, el piloto Giuliano Alesi perdió el control de su monoplaza a la salida de la curva 3 haciendo un trompo inicialmente para golpear la barrera izquierda cerca de la curva 4. Tras el impacto, fragmentos del vehículo se esparcieron por la pista. En un intento por evitarlos, los pilotos Ralph Boschung y Anthoine Hubert se movieron a la derecha. Durante esa maniobra, Ralph Boschung redujo su velocidad más bruscamente que Anthoine Hubert, quien tomó medidas para evitar la colisión moviéndose aún más a la derecha. A pesar de ese movimiento, Anthoine Hubert hizo contacto con la parte trasera del auto de Ralph Boschung, lo que provocó que Hubert perdiera el control e impactara la barrera del lado derecho a una velocidad de 216 km/h.
Al mismo tiempo, metros atrás, Juan Manuel Correa golpeaba con los escombros dejados atrás por el auto de Giuliano Alesi. El impacto provocó daños en la suspensión delantera derecha y el alerón delantero, lo que hizo que Juan Manuel perdiera el control. Su auto se desvió a la derecha, hacia el área de la curva 4, llevándolo en una trayectoria directa hacia el auto de Anthoine Hubert.
Correa golpeó inevitablemente el lado izquierdo del auto de Hubert (que estaba virtualmente parado) a una velocidad de 218 km/h. Tras el impacto, el auto de Anthoine Hubert fue acelerado a 105 km/h y golpeó la barrera por segunda vez antes de rebotar hacia la pista mientras que el monoplaza de Juan Manuel quedó en posición invertida a la pista.
Se desplegaron dobles banderas amarillas seguidas de una bandera roja. Cuatro autos se vieron implicados en el accidente: el #20 conducido por Giuliano Alesi; el #21 conducido por el suizo Ralph Boschung; el #19 conducido por Anthoine Hubert; y el #12 conducido por Juan Manuel Correa. Los dos últimos, se llevaron lo peor.
Una pesadilla
El piloto Anthoine Hubert falleció en el acto, mientras que Juan Manuel Correa, piloto ecuatoriano, se enfrentó a una lucha por sobrevivir que duró varias semanas. Fracturas en sus dos piernas, lesiones vertebrales y daños pulmonares que le tuvieron en coma inducido y en estado crítico.
“Me acuerdo de todo. Estábamos llegando a Eau Rouge (una de las dos curvas de alta velocidad en el Circuito de Spa-Francorchamps en Bélgica) y justo llegando a la curva, sin saber lo que estaba pasando al frente, un pedazo de otro vehículo me pegó de frente y causó que mi ala delantera se metiera debajo de mi propio auto haciendo que mis llantas quedaran suspendidas en el aire, lo que me hizo perder la fricción. Para ese entonces, cuando miré, pensaba que iba a chocar contra la pared, pero fue ahí que vi el monoplaza de Anthoine a metros mío. Solo atiné a agarrarme el pecho, solté las manos del volante por reflejo y ahí se provocó el impacto, fue muy duro”
, relató Juan Manuel Correa a Infobae.
Anthoine Hubert
“Sentí que iba a salir volando del asiento, lo cual es imposible, pero así de duro fue. Di un par de vueltas y caí boca abajo mientras el auto seguía derrapando. Lo más severo fue el dolor inmediato en mis piernas. Ahí fue que me di cuenta que algo muy grave estaba pasando, porque generalmente con tanta adrenalina uno no siente nada cuando choca. Finalmente, el coche dejó de deslizarse y comenzó a salir humo de la parte de atrás del motor. En ese momento, entre el humo, el dolor y la adrenalina, entré en pánico. Yo mismo me quité el cinturón y me arrastré para salir del auto. Podía verme las piernas, las tenía básicamente colgando, hasta pensé que se me habían desprendido del cuerpo y solo me unía a ellas mi traje de carreras. En ese momento, con tanta adrenalina y tanto dolor no podía asimilar nada, solo sabía que algo muy grave estaba pasando”
, recuerda.
“Inmediatamente llegaron los paramédicos y cuando vi sus caras y los gestos que hacían, me asusté más, porque normalmente ellos son los primeros en estar tranquilos y te dicen qué hacer cuando tienes un choque. Pero los veía muy angustiados cuando vieron mis heridas. Les pedí que me durmieran ahí mismo porque no podía más del dolor”
.
En memoria de Anthoine Hubert
Un año después, Juan Manuel Correa volvió al sitio del accidente ocurrido en Bélgica. Desde su silla de ruedas, ya que aún se encontraba convaleciente, rindió un homenaje a la memoria de su amigo, Anthoine Hubert. En un comunicado publicado por el piloto dijo que aún está superando el accidente.
“Ha llegado el momento de cerrar este capítulo, de mirar hacia adelante, y sobre todo de pagar un tributo a alguien a quien no pude hacerlo desde Miami. Lo tenía pendiente. Recibí la invitación de la F2 y estoy contento de estar aquí, pero a la vez será un fin de semana muy triste y emocionante para mí”.
Meses más adelante, en agosto de 2021, Correa volvió a correr en el circuito de Spa-Francorchamps, pista del fatal accidente. Sin duda, un reto lleno de recuerdos y sentimientos.
«Se siente muy raro volver aquí como piloto. Me siento emocionado por tener la oportunidad de poder seguir haciendo lo que amo e intento encontrar el confort en pensar que él hubiera hecho lo mismo. Este fin de semana y todos los demás corremos por ti, mi amigo»
, publicó en sus redes sociales.
Por ese mismo medio, reveló que haría un homenaje a Hubert con su casco.
«Es un casco muy especial. Es con el que regresaré a la competición. Quiero homenajear a Anthoine, él siempre correrá junto a mí. Llevaré su logo en la parte alta y en la trasera del casco».
Juan Manuel Correa: Fuego en las cenizas
La historia de Juan Manuel Correa es una de inspiración, lucha y pasión. El piloto ecuatoriano sufrió uno de los peores accidentes que se recuerden en el Campeonato de Fórmula 2, en el retador y legendario Spa-Francorchamps, en 2019.
Después de un año y medio alejado de las pistas y más de 20 operaciones en las extremidades inferiores, en 2023 regresa a disputar la temporada completa de Fórmula 2, tras su increíble regreso a la Fórmula 3 el año pasado.
Ahora, Correa es parte del Van Amersfoort Racing y en su primera carrera de la temporada disputada en Baréin cerró en el Top 10, para sumar su primer punto de la campaña 2023, en un hecho que solo comprueba la resiliencia del piloto de 23 años de edad.
Es por ello que el Formula 1 Gran Premio de la Ciudad De México 2023, nombró a Juan Manuel Correa como embajador de la carrera.
“Es un gran honor el ser embajador del Gran Premio de México”, dijo Juan Manuel. “El México GP es sin duda la carrera más importante de nuestra región, por lo que recibir su apoyo y recibir este nombramiento me llena de alegría. Se trata de un voto de confianza para dar mi máximo esfuerzo y juntos demostrarle al mundo que en Latinoamérica hay talento sobresaliente”
, agregó.
Como un distintivo de su nombramiento para esta temporada, el auto de Juan Manuel portará el logo del México GP durante toda la campaña de la Fórmula 2, que incluye 14 rondas alrededor del mundo.
Construyendo un campeón
Juan Manuel Correa demostró desde muy pequeño su pasión por las carreras. Con nueve años de edad, se proclamó Campeón Nacional en la categoría cadete de karting y cuatro años después obtuvo el máximo galardón en el campeonato Rotax National Championship.
Fue reclutado por el equipo Lotus F1 en 2013 para unirse a su programa de pilotos junior, y cuando cumplió 14 años, se mudó a Europa para competir en el Campeonato Europeo de Karting CIK/FIA junto a algunos de los mejores pilotos de karting del mundo.
“Cuando tenía siete años, mi padre me llevó a una pista de karting y ahí fue la primera vez que manejé un go kart, pero diría que mi primer contacto fue desde que nací. Mi padre y mi familia siempre han sido muy fanáticos de la Fórmula 1. Básicamente crecí viendo la Fórmula 1 todos los fines de semana además de que mi padre corría rallys. A los seis años de edad también tuve mucho contacto con el automovilismo y ahí fue que mi pasión en verdad comenzó”
, relata Juan Manuel Correa en entrevista para POST Mag.
¿Qué respondías cuando la gente te preguntaba qué querías ser de grande?
Juan Manuel Correa: Yo siempre dije que quería ser piloto, desde que me acuerdo. Tal vez era de una manera muy inocentemente, sin saber que es lo se requería para hacerlo, pero aquí estoy 20 años más tarde. Es muy loco cuando lo pienso.
¿Dirías que tuviste una infancia normal?
JMC: Tuve una infancia normal hasta los 7 u 8 años. Después tuve que comenzar a hacer sacrificios para dedicarme a este deporte. Si quieres ser un piloto profesional, básicamente tu vida tiene que girar alrededor de eso y no viceversa. No puedes tomártelo como un hobby. Tuve que sacrificar mucho desde niño, especialmente la parte social, los amigos e ir a la escuela. Como faltaba mucho a clases, la terminé en línea. Entonces, no, no tuve una niñez normal.
De niño lo decías, pero ¿cuándo realmente decidiste ser piloto?
JMC: Diría que sucedió en 2013. Ya venía corriendo karting durante seis o siete años, era muy bueno y tenía sueños, pero mi familia decía: ‘bueno, vamos a ver si es en serio, hasta dónde llega y hasta cuando le dura esto’. En 2013 gané el Campeonato Nacional de Karting en Estados Unidos, y acto seguido gané el Campeonato Mundial de Kartismo, y me llegó una oferta para correr en Italia, pero tenía que mudarme solo, y ese fue el momento donde tuve que sentarme con mis padres y decirles: ‘miren, esta es la oportunidad de mi vida, tengo que tomarla y espero que me apoyen’. Ahí se dieron cuenta que todo iba en serio. Afortunadamente me apoyaron, hice las maletas y me fui a Italia.
Ese fue el momento donde el 100% de mi vida comenzó a girar alrededor de mi carrera porque me tuve que mudar a otro continente para perseguir mi sueño dejando la escuela, mi familia y todo atrás. Ese fue un punto decisivo en mi vida y carrera.
¿Cómo fue la primera vez que estuviste detrás del volante? ¿había nerviosismo o estabas seguro de lo que ibas a hacer?
JMC: Sí tenía muchos nervios. Me acuerdo que en mi primera carrera en Europa tenía muchos nervios, mucha ansiedad, pero poco a poco comencé a acoplarme al ambiente y a tener confianza, y como todo en la vida, uno se acostumbra, de la misma manera que hoy en día estoy acostumbrado a estar en la grilla de partida de un carro de Fórmula 2 y no me pongo tan nervioso. Poco a poco te vas haciendo la idea y se hace parte de tu rutina normal.
En ese tiempo ¿cómo afrontabas el riesgo de tener un accidente?
JMC: Creo que nunca estuve consciente del riesgo que en verdad existía hasta que tuve el accidente en 2019, y creo que eso es algo bueno. Siendo un chico, un joven creciendo en esas categorías, no puedes estar pensando en eso si quieres llegar lejos. Tu mentalidad tiene que estar totalmente concentrada en la carrera, no puedes tener miedo entonces. No fue hasta 2019 y por eso fue un shock tan grande. Me di cuenta que en verdad estamos jugando con nuestras vidas cada vez que nos subimos a un auto y eso me despertó mucho.
¿Cómo superas ese miedo a volver a accidentarte, inclusive morir, ahora que estuviste tan cerca de ello?
JMC: Ahora estoy mucho más consciente del riesgo, creo que supero eso con madurez y con una decisión consciente de mira: ‘yo sé que estoy poniendo mi vida en riesgo, pero estoy dispuesto a hacerlo’, y aquí es una decisión consciente. Trato de hacer el miedo a un lado y enfocarme en manejar, y una vez que estás en el carro, poco a poco vas agarrando confianza de nuevo. Cuando volví a correr después del accidente, al inicio, tenía mucho miedo, pensaba mucho en el accidente que pasó, y poco a poco, como te digo, todo en la vida se vuelve costumbre, y ahora cada vez que me trepo al carro, rara vez estoy pensando en eso.
A propósito del accidente del 31 de agosto de 2019, ¿pensaste que ibas a morir?
JMC: Sí, estaba seguro. Estando en el hospital, me despedí de mi familia y todo.
¿De toda esa pesadilla, que fue lo más aterrador?
JMC: El dejar a mis padres sin un hijo. Eso era lo que más me afectó. Y cuando pensaba que me iba a morir, no me importaba el hecho de morirme, porque había vivido una vida bastante completa, había hecho lo que me gustaba, había perseguido mi sueño, pero sabía que iba a ser devastador para mis padres, especialmente para mi madre, y eso me dolía mucho.
Tras enterarte de la muerte de Anthoine Hubert, ¿te sentiste responsable?
JMC: Sí. Al inicio sentía culpa, más que nada, porque yo fui el que sobrevivió. Sentía que era injusto que yo hubiera sobrevivido y él no. Sentía que, muy fácilmente, los roles pudieron haberse revertido y que tuve suerte, pero que no me merecía esa suerte más que él. Entonces tuve que superar eso. Nunca sentí culpa de que el accidente hubiese sido causado por mí, porque por suerte, yo me acordaba, estuve consciente durante todo el accidente, sé exactamente lo que pasó y sé que no fue mi culpa. Me sentía más que nada, culpable por haber sido el que sobrevivió.
Y aunque tú no eras responsable, la fiscalía de Bélgica te llevó al hospital unos documentos sobre un posible homicidio.
JMC: Sí, así me enteré que él murió (Anthoine Hubert). Porque después del accidente, fui trasladado en helicóptero directo al hospital, me operaron de emergencia las piernas, salí de la cirugía y estaba dormido. Nadie me había dicho nada y no tenía ninguna información de lo que había pasado. Al día siguiente, mis padres iban a ir al hospital a contarme lo que había ocurrido, y antes de que llegaran, vino, no me acuerdo, no estoy seguro quién era porque yo estaba todavía con anestesia, algún oficial de Bélgica y me hizo firmar unos documentos sobre un posible homicidio. Así me enteré, ahí fue que capté todo en mi mente y me descompuse totalmente.
¿Estás de acuerdo con el reporte que emitió la FIA (Federación Internacional del Automóvil) sobre el accidente?
JMC: Estoy de acuerdo, pero yo no soy un experto en seguridad. Sé que hay ciertas cosas que algunas personas han cuestionado sobre el reporte, pero no puedo hablar mucho de eso.
¿Tu escudería de ese momento, Sauber, así como la FIA, te respaldaron tras el accidente?
JMC: Mi equipo sí, mi red de apoyo, y mi familia al 100%. La FIA no, no hubo apoyo y eso fue un poco decepcionante, pero ya he hablado de eso. Espero que hayan mejorado el proceso si sucede algo así de nuevo, cómo lidian con el piloto, la familia, etc, porque pudieron haber hecho las cosas mejor pero, personalmente tuve mucha suerte de tener la red de apoyo que tuve.
Más allá de pensar en retomar tu carrera, ¿confiabas en volver a caminar?
JMC: No. Al comienzo no estábamos seguros si volvería a caminar sin una prótesis. La recomendación de los doctores era amputar la pierna y aprender a caminar con una prótesis. Pero esperamos a ver qué tan mal eran los daños en la otra pierna porque los nervios estaban aplastados, entonces fueron lesiones muy complicadas, no fueron fracturas donde se une el hueso y va a estar bien. No teníamos idea de qué esperar, porque ambas piernas tenían daños.
Con la incertidumbre de tu carrera, tu vida, de volver a caminar, ¿en algún momento apareció la idea de suicidio en tu mente?
JMC: Tuve depresión, entendí por primera vez lo que es la depresión de verdad. Me di cuenta que nunca había estado realmente deprimido, pero no llegué a ese nivel.
A casi cuatro años de lo ocurrido, ¿crees que solo tuviste suerte de estar vivo o hay detrás de esto un plan, una misión?
JMC: Creo que todo pasa por algo y lo digo en el sentido que he sacado muchos puntos positivos en el aprendizaje que me ha dejado este accidente. Si pudiera borrarlo de mi historia, no creo que lo haría, lo único que no puedo explicar es por qué tuvo que morir Anthoine, eso me parece injusto. Pero el resto, lo que me incumbe a mí personalmente, he tenido una experiencia de vida dura, pero me he convertido en una persona mucho más completa, más madura y con una perspectiva de vida muy diferente a la mayoría de gente que conozco, y en mi opinión, mejor. Creo que aprecio más las cosas y tengo mis prioridades en orden.
Superaste el no saber si ibas a poder caminar, usar tus piernas, y me imagino que te replanteaste el volver a ser piloto o dedicarte a otra cosa ¿qué te impulsó a regresar?
JMC: Sabes, la decisión de volver a correr la tomé muy temprano, cuando aún estaba en el hospital, y fue por un par de cosas. Uno, no quería perder todo el sacrificio que había hecho. Como hablamos al comienzo, sacrifiqué mucho, mi niñez y mi vida entera por este deporte. Sé que tengo mucho talento, sé que puedo llegar lejos y no quería desperdiciar eso por el accidente. Sentía que era dejarle ganar al accidente, y era yo contra lo que había pasado, y yo quería ganar. También sabía que necesitaba una motivación enorme para pasar por todo el proceso de recuperación y las demás cirugías, y qué mejor motivación que volver a correr.
Cuando me conoces, mi personalidad, soy el tipo de persona que necesita algo muy difícil como objetivo para estar motivado. Si no veo una montaña enorme por escalar al frente, siento que mi vida no tiene suficiente propósito, y qué mejor historia y propósito que volver a correr, que era algo que parecía imposible en ese entonces, así que tomé mi decisión y comencé a trabajar.
¿Usaste algún tipo de mantra para motivarte?
JMC: Sí, pero más que eso, nunca me permití sentir pena por mí mismo. Estando en el hospital, me di cuenta que tenía dos opciones. O me quedaba en esa cama deprimido y lamentándome por lo que me pasó y lo injusta que es la vida, y viviendo el resto de mi vida con esa mentalidad, o doy vuelta a la página y me pongo a trabajar para sacar lo mejor de esta situación. Era una mierda de situación, pero es lo que había. Y ese fue mi mantra durante todo el proceso de recuperación. Es algo que me ha quedado hasta hoy en el día a día.
En nuestras vidas, siempre habrá cosas que nos pasarán y que no queremos que pasen. Y el cómo sales de eso depende mucho de cómo lo tomas, puedes tomarlo como ‘ah ok, qué pena, vamos adelante’, o puedes estar en una situación donde te lamentas tanto que se convierte en un problema más grande de lo que en verdad es. Entonces, elegí seguir y así es como me guío en la vida.
Tras el accidente, ¿cuál dirías que es el cambio más grande que has tenido en tu persona?
JMC: Creo que el tener una mucho mejor perspectiva de qué son problemas verdaderos y qué no. El conocerme a mí mismo mucho mejor, y saber la capacidad que tengo de salir de ciertas cosas. Actualmente, siento que soy una persona casi invencible, en el sentido que, pase lo que pase, si salí de eso (del accidente), puedo salir de cualquier cosa. Eso te da un poder que lo notas en el día a día, en cómo haces tu acercamiento al mundo y a otra gente. Tu personalidad cambia, creo que he madurado muchísimo, he crecido mucho.
¿Cómo ves el futuro? ¿Llegar a ser Fórmula 1 sigue siendo el plan más grande?
JMC: Profesionalmente hablando sí, en este momento ese es mi enfoque. Pero no es lo único que quiero hacer profesionalmente, también tengo planes muy grandes después de ser piloto. Pero ahorita, en la etapa en la que estoy, quiero ganar Fórmula 2, quiero ir a Fórmula 1, y quiero ganar Fórmula 1, y seguir con mi plan de vida después de eso.
¿Qué hace falta para que haya más corredores latinos en la Fórmula 1 y 2?
JMC: Necesitamos mayor apoyo económico para salir de Latinoamérica e ir a correr a Estados Unidos y Europa, donde está el nivel más alto del automovilismo. No es fácil, es un deporte donde se requiere mucho dinero, o tienes una familia adinerada o tienes auspiciantes que te apoyan desde muy temprana edad, entonces no es fácil.
Latinoamérica tiene mucha pasión por el automovilismo pero no tiene suficientes eventos de Fórmula 1, por lo que es complicado para ciertas compañías latinoamericanas, auspiciar a un chico que quiere correr en Europa. Creo que por eso, el evento del Gran Premio de México es tan importante, no solamente es un evento espectacular por sí mismo donde los fanáticos pueden venir y disfrutar del mejor evento de Fórmula 1 del año, también está marcando un camino mucho más claro para los pilotos latinoamericanos y así conectar con marcas locales, eso súper importante.
¿Te ves como el relevo de Checo Pérez y el referente latino indiscutible en la Fórmula 1?
JMC: Sí, creo que puedo ser yo, estoy trabajando para hacerlo. Para mí, hay un camino todavía por recorrer, en los próximos dos años, pero definitivamente pienso en eso.
Con 24 años, ¿quién es Juan Manuel Correa?
JMC: Soy un chico bastante ambicioso, con grandes planes, que tiene un objetivo claro, profesionalmente hablando, pero que también se está descubriendo como persona en el día a día y disfruta de la vida, de la experiencia que está teniendo, y se siente muy afortunado de tener las oportunidades que tiene.
La historia de Juan Manuel Correa es una de resiliencia, lucha y ejemplo para todos. Sin duda, una que vale la pena seguir, dentro y fuera de la Fórmula 1.
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