Los jóvenes de entre 16 y 24 años, popularmente conocidos como Generación Z, posmilénica o centurial, son la primera generación en disponer de un acceso fácil y frecuente a internet desde una edad temprana, por lo que está expuesta, como ninguna otra generación con anterioridad, a una presencia constante de la tecnología y de los recursos digitales tanto en su proceso educativo como en su vida personal. En este artículo se analiza la percepción que de las noticias falsas tiene la sociedad española y, especialmente, los jóvenes integrantes de la denominada Generación Z. Saber qué medios consultan, qué los lleva a compartir determinados contenidos y con qué perspectivas afrontan el problema de la desinformación son algunos de los objetivos de esta investigación. Para ello, se ha empleado una metodología mixta que combina un estudio demoscópico y grupos de discusión que proporcionan una visión más completa y matizada del fenómeno. Los resultados permiten comprobar que estos jóvenes constituyen el grupo demográfico más disruptivo con el proceso comunicativo tradicional y son, a su vez, los más expuestos a las redes sociales y los más indiferentes a los medios tradicionales y al fenómeno de la desinformación.
Los jóvenes de entre 16 y 24 años, popularmente conocidos como Generación Z, posmilénica o centurial, son la primera generación en disponer de un acceso fácil y frecuente a internet desde una edad temprana, por lo que está expuesta, como ninguna otra generación con anterioridad, a una presencia constante de la tecnología y de los recursos digitales tanto en su proceso educativo como en su vida personal. En este artículo se analiza la percepción que de las noticias falsas tiene la sociedad española y, especialmente, los jóvenes integrantes de la denominada Generación Z. Saber qué medios consultan, qué los lleva a compartir determinados contenidos y con qué perspectivas afrontan el problema de la desinformación son algunos de los objetivos de esta investigación. Para ello, se ha empleado una metodología mixta que combina un estudio demoscópico y grupos de discusión que proporcionan una visión más completa y matizada del fenómeno. Los resultados permiten comprobar que estos jóvenes constituyen el grupo demográfico más disruptivo con el proceso comunicativo tradicional y son, a su vez, los más expuestos a las redes sociales y los más indiferentes a los medios tradicionales y al fenómeno de la desinformación.