Las dos décadas que mediaron entre la llegada de las televisiones privadas en 1990 y la consolidación del modelo para RTVE establecido en la Ley de la radio y la televisión estatal de 2006 fueron de una enorme dificultad para RTVE, pues tuvo que adaptarse a un ecosistema mediático totalmente diferente de forma improvisada y con recursos gravemente limitados. El ente intentó mantener la calidad de la programación como elemento de identidad frente a unas cadenas privadas volcadas en contenidos puramente comerciales para captar la audiencia que TVE perdía a borbotones. Esta investigación aborda cuáles fueron las claves de ese contenido de calidad. A través de una muestra de 91.610 emisiones se han organizado los contenidos en bloques, géneros y subgéneros, para comprobar la evolución de los minutos de emisión. También se ha estudiado la evolución de las audiencias y el discurso que la propia TVE tenía sobre sí misma.
Las dos décadas que mediaron entre la llegada de las televisiones privadas en 1990 y la consolidación del modelo para RTVE establecido en la Ley de la radio y la televisión estatal de 2006 fueron de una enorme dificultad para RTVE, pues tuvo que adaptarse a un ecosistema mediático totalmente diferente de forma improvisada y con recursos gravemente limitados. El ente intentó mantener la calidad de la programación como elemento de identidad frente a unas cadenas privadas volcadas en contenidos puramente comerciales para captar la audiencia que TVE perdía a borbotones. Esta investigación aborda cuáles fueron las claves de ese contenido de calidad. A través de una muestra de 91.610 emisiones se han organizado los contenidos en bloques, géneros y subgéneros, para comprobar la evolución de los minutos de emisión. También se ha estudiado la evolución de las audiencias y el discurso que la propia TVE tenía sobre sí misma.